Las tendencias de este año,
fácilmente se pueden dividir en dos, y no me refiero precisamente a las que surgen durante las temporadas primavera-verano y otoño-invierno, sino a las corrientes que de
repente siguen los famosos, que nos llegan, nos seducen y nos terminan uniendo
a ellas, ya sea por voluntad propia y deseos de conocer y efectuar un cambio o
por la necesidad de seguir a los demás; me refiero a la política y a la
ecología; que en estos días –me atrevería a decir- que su esencia es como
70%-80% mediática, lucrativa y “de moda”, quizá el resto conserve su objetivo…
es difícil saberlo, pues en estos tiempos es mal visto también no saber algo al
respecto: todos saben al menos algo básico sobre las próximas elecciones y el
calentamiento global pero, ¿la información poseída es realmente fidedigna? ¿Será
confiable y cierta? Algo difícil de confirmar o negar, ¿de dónde proviene esta
información? Si están de acuerdo, lo primero que se piensa es la televisión, tal
vez porque la vemos como el medio más inmediato, cerca y disponible.
De acuerdo con
el INEGI, en diciembre del 2010, un 13.2% del total de los hogares del país
cuenta con televisión digital mientras que el 81.5% cuenta con televisión análoga.
Es de esperarse pues, que todo lo transmitido sea recibido y acogido por tanta
gente. El alcance es descomunal.
“NO
satanices a los medios, dijeron.
NO es el punto de tu carrera, dijeron.”
NO es el punto de tu carrera, dijeron.”
Y así es, no hay necesidad de satanizar
tanto a los medios, tomar en cuenta quienes están detrás debemos, no ser ingenuos
tampoco, abrir nuestra mente a otras ideas y sobre todo, no seguir a la
borregada a favor o la borregada en contra, sino que lo primordial sea la
seguridad en nuestras ideas y fundamentos.
Durante
esta última temporada, hemos sido bombardeados por todos lados con publicidad
política, hemos presenciado la evolución de las campañas, las peleas, los
movimientos y el intento de guerra sucia entre los candidatos, y aunque lo que
veamos es por lo general un solo punto, algo fuera de contexto o algo
manipulado y ya seleccionado para causar determinado efecto, lo que resta es
mantenernos firmes y defender la perspectiva propia, ser objetivos y no
dejarnos engañar por cuanto spot carísimo nos aparezca entre corte y corte
comercial.
Forjemos criterio y opinión porque es necesario, no porque
esté de moda.